A la usanza tradicional, la banda estadounidense Greta Van Fleet “armada” con guitarra, bajo, batería y un cantante conquistó a sus seguidores en el Teatro Metropólitan, en el que significó su debut en un escenario mexicano; a pesar de lo breve de su setlist, derrocharon talento con su propuesta de rock clásico.
Desde las 21:10 horas, sus fanáticos no pararon de gritar, cantar y entregarle a sus ídolos su euforia y gratitud por su destacada actuación; desde que las luces en el recinto del Centro Histórico se apagaron, los ánimos se encendieron y alcanzaron un punto máximo cuando los hermanos Josh, Jake y Sam Kiszka, acompañados por el baterista Danny Wagner, les lanzaron rosas.
Los primeros números que los originarios de Michigan brindaron fueron “The Cold Wind” y “Safari Song”. Danny, baterista, aprovechó el escenario para demostrar en solitario, por qué es considerado una promesa en la música, Jacob Jake Kiszka, guitarrista, hizo lo propio acompañado sólo por las luces en “Watching Over” y “Edge of Darkness”.
En el recital sonaron “Where the Curtain Falls”, “Black Smoke Rising”, “Flower Power” (una de las favoritas), “Watch Me Outro”, “Music is Your Intro” y “You’re the 0ne”, que puso un tono romántico. Gracias a los arreglos musicales cada single duró entre 7 y 8 minutos.
El vocalista Josh Kiszka, considerado por Robert Plant como un “hermoso pequeño cantante”, fue el encargado de agradecer la calidez del recibimiento de los mexicanos, mientras luces azules lo iluminaban, el que se convirtió en uno de los momentos más especiales de la velada, que duró una hora 20 minutos, y estuvo plagada de la influencia de Led Zeppelin.
El concierto llegó a su final con el tema “Highway Tune”, lo que permitió que los músicos se acercaran a las primeras filas del inmueble para saludar y abrazar a algunos de sus fieles seguidores. Greta Van Fleet se presenta también hoy en el Teatro Metropólitan para luego regresar a Estados Unidos a continuar con su gira.