J. A. Sánchez
Lo que parecía una exageración, un guión de película medianamente decorosa, se ha convertido en una verdadera preocupación, una incertidumbre que ha golpeado a la tierra como desde hace tiempo no se veía; no en balde, a pesar de las distancias abismales, la canciller alemana, Angela Merkel, se atrevió a decir hace no muchos días que “Es la mayorcrisis de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial”. Y no es para menos. Si en un país que es una de las grandes potencias se afirma eso, la cosa es seria.
Más allá de teorías conspiracionistas (algunas descabelladas, otras no tanto), de la infinidad de memes, de la ignorancia, de la mala información, de lo irresponsables que podemos ser, el mar de desinformación, el miedo, y todo lo que con lleva una situación así, una vez más re-descubrimos que gran parte del problema somos nosotros, es decir, vuelve a aflorar la naturaleza humana en su máximo (y aciago) esplendor.
Y si el encierro parcial o total nos invita a recuperar ciertas actividades que por el trajín de las responsabilidades diarias vamos relegando, nada mejor que recuperar dos obras medulares que ha dejado la tradición literaria y que nos pueden ayudar bastante (sin caer en la angustia o alarmismo extremo) para re-pensar mucho de lo que somos y a lo que hemos llegado: sin duda son las ya clásicas La peste, de Albert Camus, y Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago.
Dos males, dos epidemias, pandemias, pestes, o como se les quiera llamar, son meros pretextos para hilvanar verdaderas y profundas reflexiones sobre cuál es el verdadero actuar de los seres humanos ante circunstancias de ese tipo, qué mueve a las personas a actuar de determinada manera, hasta dónde pueden llegar los conflictos existenciales, morales, éticosy demás; el ser humano y sus pasiones de siempre.
La obra de Camus se dice que está inspirada en un hecho real ocurrido durante un episodio de la colonización francesa, mientras que la de Saramago el pretexto es la ceguera repentina que empieza a propagarse por todas partes; todos en el mundo entero empiezan aperder la vista. Vale la pena visitar ambas obras que se consiguen en diversas ediciones.
La peste, Albert Camus.
Ensayo sobre la ceguera. José Saramago.