J. A. Sánchez
No se puede luchar contra los recuerdos. Federico Vite
Y no, pese al título, no hablaremos de Veracruz. Si el puerto jarocho constituye una suerte demitología en nuestro imaginario colectivo, sin duda el primer lugar sigue siendo para elentrañable Acapulco.
¿Qué fue lo que pasó con el mítico puerto, considerado alguna vez la bahía mas bella del mundo? Más allá de las legendarias épocas en que luminarias le daban un brillo mayor con su presencia al puerto guerrerense, epicentro del jet-set, lugar obligado de visita durante todo el año, fueran vacaciones o no, y espacio en el que siempre coincidieron todas las clases sociales, se tornó, con el paso de los años, y sobre todo con el nuevo siglo, en un lugar oscuro y de miedo, gobernado por el crimen organizado; a pesar de eso, afortunadamente se resiste a dejar de ser eso: el puerto más famoso de México.
Y es precisamente el tema axial que inunda (ni modo: infancia y paisaje, son destinos)gran parte de la obra de Federico Vite (Acapulco, 1975), quien se ha convertido en una especie de fotógrafo/pintor literario del lento y lamentable deterioro de Acapulco.
Fotógrafo porque retrata de manera cruda y precisa por medio de su pluma a toda una feria tropical de personajes, entre canallas, barbajanes, inocentes, malvados, dicharacheros y lo que se lequiera agregar, que han contribuido (de manera intencional o accidentada) a la caída del puerto. Pintor porque a las imágenes les agrega una prosa que a ratos toca las pinceladas poéticas, como si el autor se hubiera propuesto (y lo ha conseguido) hacer del colapso de Acapulco una bella e interminable elegía. Unas veces violenta, otras triste y también, por quéno decirlo, cómico-mágico-musical.
Si quieren entarle a ese Acapulco del que muy poco se nos cuenta, sólo échenle un ojoa Bajo el cielo de ak-pulco, Zeitgeist tropical y Como un ruido de grandes aguas.Más querecomendables.