El actor cuenta a una revista estadounidense que tuvo que tomar una dura decisión para salvar su vida.
El actor Juan Pablo Medina apareció después de ocho meses de que le fue amputada una de sus piernas, debido un infarto. Una situación que sin duda lo marcó, ya que tenía que decidir si vivir y quedarse sin una pierna.
“De repente me empecé a sentir mal del estómago. Llamé al médico de la producción porque sí me encontraba mal, pero sentía la presión de no dejar parada la filmación por respeto al resto del equipo. Sin embargo, el dolor fue a más. Tengo la suerte de que mi padre es médico y pedí que me llevaran con él. Quería estar al lado de mi papá…”
“Me hicieron una tomografía con contraste y vieron que tenía coágulos en el intestino y en las piernas. Por fin encontraron el diagnóstico definitivo: había sufrido un infarto silencioso. Tenía un coágulo en el corazón y éste aventó coágulos por todas las arterias. Esa fue la valoración. Yo tenía mucho dolor y para poderme operar el intestino y las piernas me tuvieron que dormir. Cuando desperté, me vi todo hinchado, mis manos parecían enormes bolas… Todo fue muy traumático”, contó el actor a la revista GQ.
Después de las opiniones medicas y los estudios, el actor tuvo que decidir si salvaba su vida, por lo que tenían que amputaran una pierna. Al tomar la decisión, Juan Pablo habló con sus familiares.
“Mi papá –quién es médico–me dijo que el hematólogo quería hablar conmigo y me adelantó lo que me iba a decir. Habían prometido rescatarme de los coágulos sin poner en riesgo mi vida, pero que ya me encontraba en una situación grave. Me ofrecían salvarme la vida, pero la solución era la amputación. Y cuanto más tiempo pasara, las cosas se tornarían más y más complicadas, por lo que había llegado el momento de tomar una decisión. Yo aposté por vivir. Reuní a mi familia y les transmití que aceptaba. Todos me apoyaron. No había otra opción. No había vuelta atrás”, detalló.
¿Cómo fue su rehabilitación?
El intérprete dijo su rehabilitación comenzó desde que tomó la decisión de perder una pierna para salvar su vida, pues a partir de ese comento estuvo en contacto con un psiquiatra y gracias a las conversaciones que sostuvo pudo tomar la amputación desde otra perspectiva.
“Empezamos a hablar de la decisión desde antes de que se hiciera la intervención médica y eso hizo toda la diferencia. Es necesario entenderlo y que los especialistas te apoyen. Es algo muy cabrón, pero pude contar con esa ayuda. Nunca tomé terapia en mi vida y ahora estoy decidido a no dejarla por nada”, continuó.
El actor pensó que el usar una prótesis todo sería más rápido para adaptarse a la vida, pero no ha sido así. “Por el momento mi recuperación va muy bien. Yo pensé que en chinga caminaría con la prótesis, pero no es así. Estoy reaprendiendo”, agregó.