Marc Anthony, llena de sensualidad el Palacio de los Deportes

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Ni la altura de la Ciudad de México que afectó un poco al  puertorriqueño Marc Anthony, impidió que miles de fans disfrutaran del su  talento y sensualidad en el Palacio de los Deportes, en el marco del Legacy Tour, en donde fue ovacionado anoche,  mientras se entregaba en el escenario con una gran voz, carisma y hasta como baterista.

El músico ofreció el primero de dos conciertos  ante 15 mil almas con lentes oscuros, jeans, playera blanca,  saco negro y se mostraba como los grandes en el escenario con los brazos abiertos con las luces sobre el histrión con fondo la melodía con el éxito «Valió la pena», que de inmediato puso a bailar y cantar a los asistentes.

Con los temas  «Y hubo alguien», «Flor pálida»,  y «Hasta ayer», se acrecentaron su baile sexy, además de enviar constantemente besos, sonrisa y saludo con la mano a todos para darse a notar a distancia.

«Muchas gracias. Buenas noches. Wow, voy a ser muy honesto la altura no me afecta en nada, estoy perfecto ( mientras suspiraba fuerte y se desvanecía en broma).  Esta noche habrá un poquito de todo; cantaremos de lo viejo de lo nuevo, habrá inventos», apuntó



Con el tema «Yo trato», el boricua tomó las batacas y acompañó a su baterista en la interpretación. Otras canciones  que se dejaron escuchar «Abrázame muy fuerte», éxito de Juan Gabriel, «Ahora quién», «Y cómo es él», de José Luis Perales,  «Vivir lo nuestro»; «Hasta que te conocí», éxito de Juan Gabriel, y «Qué precio tiene el cielo», «Te conozco bien» y «Mi gente». Marc,  se mostró entusiasmado por el recibimiento del público y agradecido con Dios, pues en reiteradas ocasiones se persignaba.

Antes de ausentarse del escenario que contaba con tres pantallas grandes con imágenes virtuales,  el cantante aplaudía al público, caminaba de un lado a otro a saludar, recibió flores, firmó una playera y se arrodillo en el en el escenario haciendo reverencia ante sus fans y se dejan llenar de confeti, en tanto se escuchaba  “Vivir mi vida”. “¡Qué Dios me los bendiga!”.