Caifanes hace ritual de celebración en el Auditorio Nacional

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Caifanes sigue viviendo a lado de su público los festejos de 30 años, parte de la velada realizada fue este jueves en el Auditorio Nacional ante 10 mil almas, lugar ideal para incitar al respeto de los derechos humanos y un «ritual» musical.

Eran las 21:00 horas y daba inicio la «ceremonia» como Saúl Hernández, vocalista le llama a sus presentaciones. Sus primeros tema fueron «Dioses ocultos», «Viento», «Nubes» y «Te estoy Mirando».

Foto :Auditorio Nacional

Como ya es una tradición la banda invitó a la Unión y paz, ya que muestra un descontento a lo que ocurre en País, por lo que, al interpretar Miedo, quinto tema en su lista de canciones, expresó.

«A la vida no le tengas miedo, sino coraje… Al amor nunca le tengas miedo porque es lo único que nos maneja y nos mueve en el universo». Mientras la pantalla proyecta imágenes de besos, entre ellos la famosa imagen del beso en Manhattan después de la Segunda Guerra.

Para continúa el show con «Tortuga», Saúl, hizo un llamado a guardar el equilibrio, entre los seres humanos y su entorno natural. «Una hormiga como una ballena… son igual de importantes. Nosotros estamos en medio… Tratemos de entrar en equilibrio.

Con el tema «Debajo de tu piel» Caifanes presumió los múltiples tatuajes que sus seguidores se han hecho en honor a ellos y sus canciones.

Foto:Twitter Saúl Hernández

El momento más emotivo fue cuando el vocalista, denuncia que el actual sexenio ha sido desastroso, y por ello, llama al futuro, a los jóvenes, a quienes conmina a cambiar el país generando el cambio desde el interior de sus almas… A continuación los primeros acordes de «Antes de que nos olviden»

Entre otros temas fueron»Sombras»,»Cuéntame»,»Ave»,»Alcohol»,»Matame», «Negro Cósmico», «Aquí no es así»,»Negra Tomasa», entre otras.

La entrega de Saúl es inconcebible. Se arrodilla para entrelazar sus manos con las del público, les comparte el micrófono y se abraza por igual con hombres y mujeres. Luego se levanta y repite el mismo ritual en otro sector del escenario; los fans se multiplican (nunca dejan de multiplicarse). Ante el gesto, Hernández los llama «un sueño que jamás terminará».