J. A. Sánchez
La inercia de la entrega de los Óscares siempre genera y hace inevitable ciertas cosas: cuando nos obsesionamos y nos preguntamos, ante una magistral interpretación como la que realizó Joaquin Phoenix, ¿de dónde carajos sale un tipo así? ¿De la pluma de Todd Phillips (director de la cinta) y Scott Silver? ¿En verdad es una mala influencia para la sociedad?
Entre interpretaciones maniqueístas y cansinas, lo cierto es que “Joker” vino a conmocionar a la industria del cine en muchos sentidos: una película de superhéroes donde el personaje principal no es precisamente el héroe, sino su némesis su odiosa contraparte. La película del famoso villano-bufón-comediante-orate, al que una parte de la sociedad y los medios satanizó por ser un peligro que podía alterar de manera grave a la gente y provocar disturbios… ¿Por qué?
El gran mérito y acierto de “Joker” es precisamente que se aparta de las versiones un tanto trilladas y predecibles (por tratarse de un personaje de cómic) que tratan de cumplir su inserción sin muchos problemas a la pantalla grande. Un “Joker” que trastocó todas las expectativas por tratarse de un personaje netamente humano. Un individuo que de algún modo ha sido aislado por la sociedad y cuya circunstancia peculiar lo lleva al desequilibrio mental, a la catástrofe y debacle en todos los sentidos.
Un ser humano completamente invisible a los ojos de los demás: en su patética situación, un perdedor, un don nadie, alguien que no genera algo que nos hace mucha falta practicar: la empatía. Ver al otro, comprender al otro, ser el otro por lo menos un instante. Ver y sentir a los que están afuera en la calle y sin los que no podríamos ser.
Un personaje que nos recuerda a ciertos protagonistas de la narrativa norteamericana, muy del estilo (y esta es la tarea que tenemos que hacer, rastrear a los autores) de un Charles Bukowski, claro, sin los excesos del alcohol y los escenarios sórdidos en demasía; o la tesitura de un Jhon Fante y hasta de un Raymond Carver.
Si queremos entender un poco de dónde viene este nuevo “Joker” que sin duda significa un parteaguas en las películas de cómics, haríamos un gran favor en revisar esa parte de la literatura norteamericana que a pesar de su temática un tanto sombría y patética, sin duda devolvió los ojos a los seres humanos más invisibles de la sociedad: los de a pie.
(Para buscar y leer: Charles Bukowski: Cartero, La senda del perdedor, Música de cañerías; Jhon Fante: La hermandad de la uva, Espera a la primavera, Bandini; Sueños de Bunker Hill; Raymond Carver: ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, De qué hablamos cuando hablamos de amor)