Por Hugo González
El jueves tuve la oportunidad de ver Roma, la película que esta poniendo en alto el cine mexicano. Traída de la mano del ganador del Oscar a mejor director en 2013, Alfonso Cuarón.
Me considero afortunado de poder haberla visto en la pantalla grande, así pude apreciar en un gran formato, todo el buen trabajo que se hizo en esta película. Más allá que en términos histriónicos, todo el tema técnico y artístico que conllevo a la realización de la cinta. Y es que cabe señalar que en esta es la primera película en la que Cuarón figura como director de fotografía ya que Lubezki, su amigo del alma y con el que ha trabajado en grandes cintas como Gravedad y el Renacido, no podía participar de este proyecto por cuestiones de agenda. Sin embargo, al ver lo que Alfonso tenía en mente, le dio ánimos a su amigo alentándolo a hacerlo por él mismo, no sabemos si por confianza absoluta en su talento o viendo la simplicidad del trabajo en el cual seguramente no erraría.
Cuarón nos presenta una historia muy alejada de viajes en el espacio o de batallas en un mundo post apocalíptico, pero no por esto, menos interesante, ya que esta centrada en la vida de una ayudante domestica de una familia de clase media en la Ciudad de México que vive en la colonia Roma, quien, sin ser una astronauta o un empleado público con dotes de héroe (Children of Men), nos muestra las batallas de la vida diaria que viven las trabajadoras domesticas.
Estas personas que dejan sus hogares, sus familias, que se mudan a enormes ciudades que no conocen y que pueden engullirlas como una ballena lo hace con un pez. Personas que tienen muchas veces que cambiar sus costumbres, olvidar sus lenguas para aprender otras con el mero propósito de sobrevivir. Que son tratadas bajo condiciones de mucha restricción, de desigualdad social, que sufren de violencia de genero, que son abusadas, dejadas y olvidadas, que a veces son madres y muchas otras, víctimas. Y que pese a todo esto, se vuelven tan invisibles a los ojos de su empleadores.
Ese es el arco de la película que no pretendo contar aquí. Lo que si debo contar y aplaudir es el excelente trabajo que hizo Cuarón como director en donde de la nada, logró hacer mucho y es que las protagonistas, no tenían experiencia actoral y sin embargo, crearon una historia que llega hasta las fibras.
Es de remarcar el excelente trabajo que hizo Alfonso como director de fotografía ya que recurrió a las lecciones de fotografía clásica y mediante el uso de hermosos encuadres, el manejo de proporciones y de seguir las reglas de los tres cuartos, nos ofreció una orquesta visual en blanco y negro que embellece y dramatiza esta historia.
Hermosa y polémica también ya que no fue transmitida en cines comerciales porque la cinta pertenece a la plataforma de Netflix que al no ser considerada para Premios Oscares, tuvo que ser proyectada en algunos cines tanto en USA como en México para hacerse acreedora al mérito.
Roma es la historia que cuenta un director marcado por sus recuerdos y con la cual hace un gran homenaje a aquella señora que lo cuidó y vio por su familia durante años. Y es que al final del día terminan convirtiéndose en parte de nuestras familias como espero se convierta esta linda historia.
Una cinta que sin duda es imperdible, búscala a partir de hoy en Netflix.