Zoé regresa a los escenarios con un show; místico, con colores y energía

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A pesar de ser una noche lluviosa y llena de tráfico, diez mil almas se dieron cita en el Auditorio Nacional  para disfrutar con él grupo de Rock Zoé, su nuevo disco Aztlán, sexto material en su carrera, temas ya conocidos, canciones inéditas que el grupo quiso compartir con a sus seguidores.

Sin duda la banda tuvo presente cada detalle del show que fue un espectacular escenario de tiras de tela formando una enorme pirámide invertida, seccionada en tres partes, donde se proyectan lo mismo luz que imágenes de vídeo, mientras León, líder sale a cantar usando un poncho boliviano, mientras interpretaba, «Venus», «Azul» y «No hay mal que dure», primeros temas de la noche.

También, se destaca la luz pura y brillante, enceguecedora, a ratos un monitor enorme reproduce las imágenes de la banda. A veces se ven figuras futurista donde se ven estilizadas figuras geométricas (las cuales confluyen en el eterno triángulo invertido), en las tres pantallas superior del escenario.

Continuaron temas cono «Nada» y «Al final», melodías que fueron preámbulo para que su vocalista , saludará al público presente “Muchísimas gracias y muy buenas noches Ciudad de México. Nos emociona ver este lugar lleno».

Otro, momento climático fue cuando presentaron a su Invitado, Damián de Centauros (quien también participó en el nuevo material). Proyectaban juegos visuales que acompañaron el ritmo de «Andromeda»,»Paula» y «Arrullo de estrellas», con las que se pudo recordar 15 años de carrera musical.

Aunque, la agrupación como siempre fueron poco expresivos, si mostraban su gran talento musical en sus canciones. León deja el micrófono y usa un altavoz cuando canta el sencillo de su nuevo disco «Hielo», después interpretar «Temor», » Vía Láctea».

Luego de un preludio con un impactante efecto de humo y rayo láser acompañado de sonidos prehispánicos, comienza el clásico «Reptilectric» y «No me destruyas»,los cuales fueron las que mayor clamor causaron.

Después es el propio León, quien ayudado de un tambor de batería posicionado sobre el piso a manera de huehuetl, emula los ritmos prehispánicos que antes fueron sólo electrónicos y así presentan » Soné» y «Love».

Fueron dos horas, que Zoé llevó a sus fans a un viaje musical, en los primeros tres conciertos agotados en el Coloso de Reforma.